Ya te hemos contado que White Lines nos ha enganchado bastante, a pesar de que la nueva serie de producción española de Netflix no sea necesariamente igual de adictiva y adrenalínica que La casa de papel, también creada por Álex Pina.
Entendemos, de cualquier modo, que ya te hayas acabado los 10 episodios de la temporada 1 de esta serie ambientada en Ibiza y rodada en español e inglés, y quieras saber qué pasará a continuación con Zoe (Laura Haddock), Boxer (Nuno Lopes), Marcus (Daniel Mays) o Kika (Marta Calafat). Así que te vamos a hablar de ese final de temporada de White Lines y de lo que nos depararían los nuevos episodios. Pero quedas avisado.
Por suerte, el final de la temporada 1 de White Lines no cometió un crimen televisivo a lo The Killing y sí resolvió el mayor misterio que nos había planteado: sabemos que Anna fue quien mató al DJ Axel después de que este le vendiera a Oriol Calafat todos los clubes y los derechos por su música y decidiera quemar el dinero. Axel creía que la relación que tenía con sus amigos Anna, Marcus y David se había corrompido a causa del éxito y el dinero. El punto más bajo en el que cayó Axel fue al tener relaciones sexuales con Anna, la esposa de su mejor amigo Marcus.
Zoe consiguió esa información a base de métodos no necesariamente protocolarios o éticos. Y después de interrogar a su ex amante, Boxer, con una pistola de agua a presión con Anna delante. Boxer volvió a confesarle a Zoe sus sentimientos hacia ella. El ex jefe de seguridad de los Calafat le dijo que nunca antes había cocinado lasaña a las cuatro de la madrugada o pintado los pies de nadie. Pero también pareció dar por bastante terminada su relación con la inglesa.
Oriol logró escaparse del secuestro del padre de Zoe, convencido de que él había sido el asesino de su hijo. Al escapar, Oriol provocó un accidente que le costó la vida a Clint. Sabemos que Oriol seguro que no mató a Axel, a pesar de que Anna y Marcus usaran su coche para transportarlo, porque pasó la noche con David.
Oriol usa su intento de secuestro como un arma para empezar en serio su guerra en contra de los Martínez, la segunda familia más poderosa de la isla y enemistada con los Calafat. Le hace ver a sus padres que fueron ellos los que intentaron secuestrarlo. “A partir de ahora vamos a devolver cada golpe multiplicado por 10”, les dice. Y ese conflicto entre ambas familias sería una de las líneas argumentales que seguro veremos la próxima temporada. Eso podría darle una posibilidad a la serie también de desarrollar más personajes como los de Oriol, Conchita y Andreu. Y quién sabe si al final hasta Kika se mete de lleno en todos los aspectos del negocio familiar.